Semillas criollas y nativas, patrimonio de los pueblos
al servicio de la humanidad

Relanzamiento de la Campaña de Semillas Campesinas, patrimonio de los pueblos al servicio de la humanidad. ¡SÚMATE, ADOPTA UNA SEMILLA!
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Las semillas campesinas son un patrimonio de los pueblos al servicio de la humanidad. Constituyen la base de la producción alimentaria mundial y permiten que las campesinas y los campesinos produzcan y que los consumidores y ciudadanos encuentren una alimentación saludable y variada. Nos permiten resistir, conservar nuestras culturas ancestrales y defender nuestra identidad campesina.
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Estas semillas de vida se ven amenazadas por las políticas de los países ricos, los acuerdos de libre comercio y la agroindustria. Con el pretexto “de mejorar” la productividad de las simientes, la agroindustria ha creado un sistema de semillas neoliberal que ha homogeneizado, empobrecido y monopolizado las semillas, provocando la pérdida de tres cuartos de la diversidad de estas y aniquilando una diversidad que los pueblos, gracias al trabajo de las campesinas y los campesinos, habían tardado 10 000 años en generar.
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Tres empresas, Monsanto-Bayer, Syngenta-ChemChina y Dupont-Dow, controlan más del 50 % de las semillas comerciales del mundo; semillas que, cada vez más, se modifican genéticamente con el fin de que resistan a los herbicidas y de producir insecticidas. Bajo el liderazgo de la OMC, el Banco Mundial y el FMI, y a través de los acuerdos de libre comercio, así como de las leyes que patentan las semillas y protegen los derechos de los obtentores, y de las normas de la UPOV, este sistema de semillas solo autoriza la circulación de sus propias semillas, criminalizando la salvaguarda, el intercambio, la donación y la venta de semillas campesinas locales.
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Hoy, 16 de octubre, la Via Campesina relanza la campaña y la acción «Adopta una semilla» cuyo objetivo es comprometerse a adoptar una variedad de semilla vegetal o animal, a convertirse en el guardián de la misma, garantizando su propagación, su reproducción y su distribución, así como a comprometerse con la defensa colectiva de sus derechos a utilizarlas, intercambiarlas, venderlas y protegerlas. De este modo, tejeremos una gran red de semillas campesinas que permitirá salvar aquellas que ahora escasean y extender la producción hacia la soberanía alimentaria de los pueblos.